es sin duda alguna mi culpa, la de haberte perdido, la de
haberte amado.
Pero hoy el sol es rudo con mi espalda, y hace que recuerde
ese tiempo en el que jugamos a sufrir y a
llorar; hoy ya no jugamos sino que lo hacemos en verdad
Mis manos golpean los tambores para que estos hagan bailar,
en la noche frente al fuego que arropa, que hace olvidar. Mis compañeros se
embriagan y recorren con los movimientos de la danza la suave piel de la noche.
Y la verdad grita a través del que piensa, pero ya hoy hemos
caminado mucho, es hora de descansar, y mis amigos brindan el pan que nos hace
respirar, que nos hace luchar.
Los músicos llegan con la puesta del sol, trayendo los
acordes y las notas, suficientes para gozar; se goza siempre que se puede pues
la vida es sin duda una razón para gozar.
Y las mujeres se mueven con su piel brillante, y la luna les hace un
traje de gala, y ahora todos cantan, mirándose a los ojos, luego mas tarde el
amor habrá llegado, el visitante que nadie invita pero es el mas esperado.
Todos duermen juntos, esperando a que el gallo los despierte
para ir al campo. Se levantan felices y con fe. mientras caminan tararean las
canciones de la noche anterior, y hoy ya no caminan solos, de su mano llevan la
esperanza y la humildad.
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